
III El Sueño
Leyenda Ecuatoriana
Por mucho tiempo la hermosa reina gobernó en su paraíso. Hasta el día en que contrajo una terrible enfermedad, no hubo nada que sus shamanes pudieran hacer e irremediablemente murió. Sus restos junto a las pertenencias fueron enterrados en uno de los jardines que rodeaban la casa real. Puesto que esta se había convertido en una sociedad matriarcal fue su hija llamada Tormenta quien asumió el poder. Los mandatos fueron muy similares.
Los días transcurrían con normalidad hasta que cierta noche Tormenta tuvo un sueño, en el que veía a su madre que no conseguía salir de la cañada y pedía ayuda a gritos. En el momento que intentó ayudarla despertó, con un gran temor, llena de dudas y confusión. De inmediato pidió que se trajese ante su presencia al shamán de la tribu para que explicase el sueño, pero ninguna respuesta satisfacía a la joven reina, de manera que prefirió ir a la cañada al encuentro con su madre.
La hermosa experiencia vivida, enseñó a la reina que debía gobernar con humildad, enseñando a los habitantes de su pueblo a tener fe en el Sumo Hacedor y amarse los unos a los otros, poniendo especial interés en los niños, porque consideraba que ellos eran los poseedores de las más bellas cualidades que se le puede atribuir al ser humano.