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Simbolos Patrios de Ecuador

Bandera - Escudo e Himno Nacional

Bandera de Ecuador

Simbolos patrios Ecuador
La bandera del Ecuador es un paño rectangular formado por tres franjas horizontales, una superior amarilla de la mitad del alto y dos inferiores azul y roja.
Amarillo: Representa el oro y el sol y la mayor riqueza del país.
Azul: Representa el océano, el claro y limpio cielo ecuatoriano.
Rojo: Representa la sangre vertida por los héroes que llevaron a sus conciudadanos Patria y libertad

Escudo de Ecuador

Simbolos patrios Ecuador
Siendo el presidente de la república el general Eloy Alfaro, el Congreso Nacional de 1900 determinó definitivamente los símbolos nacionales. El actual y definitivo escudo de armas fue adoptado el 31 de octubre de 1900, logrando el ejecútese presidencial del Gral. Alfaro el 7 de noviembre de 1900 y el decreto se publicó en el Registro Oficial Nº 1272 el 5 de diciembre de 1900. En el artículo de su decreto del 31 de octubre del citado año, transcribe la disposición de 1845, pero se suma:
"con la única modificación de que se use los tricolores colombianos en lugar de las banderas bicolores"
Por lo que al final se mantuvo el mismo escudo dibujado por Olmedo, pero con el cambio de los colores de las banderas y la dirección de la cabeza del cóndor.

Himno Nacional de Ecuador

CORO

¡Salve, oh Patria, mil veces! ¡Oh Patria!
¡gloria a ti! Ya tu pecho rebosa,
gozo y paz, y tu frente radiosa
más que el sol contemplamos lucir.
I
Indignados tus hijos del yugo
que te impuso la ibérica audacia,
de la injusta y horrenda desgracia
que pesaba fatal sobre ti,
santa voz a los cielos alzaron,
voz de noble y sin par juramento,
de vengarte del monstruo sangriento,
de romper ese yugo servil.
II
Los primeros los hijos del suelo
que, soberbio, el Pichincha decora
te aclamaron por siempre señora
y vertieron su sangre por ti.
Dios miró y aceptó el holocausto,
y esa sangre fue germen fecundo
de otros héroes que atónito el mundo,
vio en tu torno a millares surgir.
III
De esos héroes al brazo de hierro
nada tuvo invencible la tierra,
y del valle a la altísima sierra
se escuchaba el fragor de la lid;
tras la lid la victoria volaba,
libertad tras el triunfo venía,
y al león destrozado se oía
de impotencia y despecho rugir.
IV
Cedió al fin la fiereza española,
y hoy, ¡oh Patria!, tu libre existencia
es la noble y magnífica herencia
que nos dio el heroísmo feliz:
de las manos paternas la hubimos,
nadie intente arrancárnosla ahora,
ni nuestra ira excitar vengadora
quiera, necio o audaz, contra sí.
V
Nadie, oh Patria, lo intente. Las sombras
de tus héroes gloriosos nos miran,
y el valor y el orgullo que inspiran
son augurios de triunfos por ti.
Venga el hierro y el plomo fulmíneo,
que a la idea de guerra y venganza
se despierta la heroica pujanza
que hizo al fiero español sucumbir.
VI
Y si nuevas cadenas prepara
la injusticia de bárbara suerte,
¡gran Pichincha! prevén tú la muerte
de la Patria y sus hijos al fin;
hunde al punto en tus hondas entrañas
cuanto existe en tu tierra, el tirano
huelle sólo cenizas y en vano
busque rastro de ser junto a ti.
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